El director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó este miércoles que al menos 23 países, en cinco de las seis regiones en que la OMS divide el mundo, ya han reportado casos y que se espera que la lista aumente, aunque reconoció que esto no es sorpresivo ya que es normal que los virus muten. “Y eso es lo que seguirá haciendo este virus si permitimos que continúe propagándose”, añadió, sin hacer una relación de las naciones afectadas.
Los estudios preliminares hacen pensar que Ómicron podría tener mayor transmisibilidad y algún tipo de elusión de las inmunizaciones existentes; sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha insistido en que aún falta tiempo de observación para determinar su posible impacto en la gravedad de los casos y la efectividad de las pruebas, las terapias y las vacunas.
Al igual que Tedros, la líder técnica para la respuesta al COVID recalcó que la Ómicron no debe distraer la atención de las otras variantes y recordó que en estos momentos la dominante es Delta y que, en tanto no se le ponga coto a ésta, no se detendrá a la nueva variante ni a las que puedan surgir.
Maria Van Kerkhove detalló que por el momento los casos de Ómicron han variado de leves a graves. En todo caso, acotó, las provisiones recomendadas para no contagiarse son las mismas para todas las variantes del SARS-CoV-2: distanciamiento social, lavado de manos, uso de mascarillas, ventilación de los ambientes cerrados, evitar aglomeraciones en esos mismos espacios y vacunarse.
La experta aclaró que no hay señales que sugieran que las vacunas disponibles no vayan a funcionar. “Incluso si se reduce algo la efectividad, las vacunas salvan vidas. Tiene que quedar totalmente claro que la gente debe vacunarse tan pronto como le sea posible”.
Con respecto a las restricciones de viaje, coincidió con el director general de la OMS en que no se debe castigar a los países que actúan con transparencia a la hora de compartir datos, como se está haciendo con Botsuana y Sudáfrica, a quienes agradeció su buena disposición. Las prohibiciones de viajes tienen un impacto negativo en la economía de los países y en la investigación científica que sirve a todo el mundo, además de que pueden desalentar la información oportuna de hallazgos importantes.