No hay plata para el despegue de nuevos cazas

El Gobierno y la firma francesa Dassault Aviation no llegaron a un acuerdo antes del vencimiento de Conpes de US$678 millones.

La pérdida de vigencia del Documento Conpes 4078, que asignaba 678 millones de dólares en inversión militar, frenó la adquisición de los cazas para la renovación del escuadrón de superioridad aérea de Colombia.

Así lo confirmó el ministro de Defensa, Iván Velásquez, admitiendo que el rubro asignado en abril de 2022 se venció el pasado 31 de diciembre, sin que se lograra llegar a un acuerdo con la firma preseleccionada, Dassault Aviation.

Nuestro país busca adquirir una nueva flota de aviones de combate para reemplazar a los antiguos Kfir, que serán declarados obsoletos a finales de 2023. Aunque las gestiones comenzaron hace 12 años, nunca habían estado tan cerca como hasta ahora, ni habían sido tan urgentes, ante la eventual salida de circulación de las aeronaves israelitas.

El negocio estaba planteado para adquirir 16 cazas inicialmente, pero el Gobierno replanteó esa posición y bajó las pretensiones a cuatro, es decir, lo que alcanzaba a pagar con la plata del Conpes.

Esto obligaba a la compañía francesa a modificar algunas condiciones de su oferta, en lo relativo a precios y aditamentos, lo cual no fue posible, dada la premura del tiempo.

Tampoco hubo acuerdo sobre la propuesta de pago del Gobierno colombiano, que quería una financiación a 10 años, con el primer lustro de gracia a bajas cuotas.

Ante la contingencia, Velásquez aclaró que el negocio no estaba muerto todavía. “Esto dará lugar a que tengamos una discusión en consejo de ministros, para definir si se continúa con la adquisición de los aviones”, para lo cual deberá aprobarse otro Conpes.

Aunque en términos de seguridad y soberanía es indudable que se requieren estos aviones, reabrir el debate puede añadirle más espinas al camino. El mes pasado, cuando la Casa Nariño anunció la preselección de los cazas Rafale (ver infografía), hubo críticas dentro del Pacto Histórico, la coalición oficialista.

Voces como las del presidente del Congreso, Roy Barreras, y el senador Iván Cepeda, muy cercanos al Gobierno, no respaldaron la compra.

Erich Saumeth, analista de seguridad y defensa, quien sigue de cerca las negociaciones, acotó que la adquisición es necesaria porque, más allá de los riesgos de accidentalidad de los Kfir, “se requieren plataformas que tecnológicamente integren los últimos sistemas en aviónica y armas, que le faciliten a la Fuerza Aérea la protección de la soberanía. Y porque a medida que se prolongue la operación de los Kfir, hay costos que ya no se justifican, porque de todas maneras habrá que sacarlos (del aire)”.

El freno a la negociación con los franceses le daría un nuevo aire a otras firmas competidoras, como Lockheed Martin (EE.UU.) y SAAB Gripen (Suecia), que también están en el palmarés y podrían hacer contraofertas al Gobierno.

Saumeth dijo que los Kfir podrían postergar su vida útil hasta 2025, pues en diciembre Colombia firmó un contrato con la casa fabricante Israel Aircraft Industries (IAI), garantizando el mantenimiento por 2023 y 2024; pero cada semana que pasa se incrementan los riesgos de desastre para los pilotos y las poblaciones que sobrevuelan.

La decisión final, que es política y económica, tiene en el tiempo a su principal enemigo.

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