Un amplio llamado realizó la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Colombiana. Así lo estableció monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la máxima corporación de la Iglesia Católica colombiana, tras la reunión de la Asamblea Plenaria, la número 112, en reportaje que le concedió la Radio Vaticana del sistema informativo Vatican News.
En sus declaraciones el prelado advirtió que «hay una cadena de muerte en Colombia que lleva muchas décadas», que «hay un contexto de violencia creciente fruto del narcotráfico y «mucho derramamiento de sangre, muchos muertos, muchos civiles que han perdido la vida”.
El camino sinodal emprendido por la Iglesia fue el tema central de la plenaria, que tuvo lugar del 14 al 18 de febrero, de forma presencial, pero también lo fueron la realidad del país, que se aproxima a realiza rmucho derramamiento de sangre en las elecciones legislativas y presidenciales, mientras los grupos insurgentes y la criminalidad organizada no dan tregua a una población sometida por la violencia. El presidente de la CEC, ante los micrófonos de Radio Vaticano-Vatican News, ofreció un panorama sobre la plenaria del episcopado y los desafíos de la Iglesia y la sociedad en Colombia.
Las elecciones que se aproximan, tanto los legislativos como las dos vueltas presidenciales, marcan un año democrático de mucho derramamiento de sangre en Colombia. También tenemos grandes desafíos. Hay un contexto de violencia creciente que se ha venido incrementando fruto del narcotráfico, fruto de grupos armados que han hecho presencia en Colombia y en la región. Entonces, hay mucho derramamiento de sangre, hay muchos muertos, muchos civiles que han perdido la vida y hay muchos atentados contra la vida. Por eso, en ese contexto, nosotros hemos hecho un llamado, primero a todos los colombianos a asumir con responsabilidad este momento crucial de la democracia de Colombia. Segundo, hemos hecho un llamado a los candidatos para que asuman la responsabilidad del servicio al bien común, para que no se dejen corromper y para que no generen odios que van a generar también, como consecuencia, más guerra y más violencia entre los colombianos. Y tercero, hemos hecho un llamado a la esperanza, un llamado a sentir que este es un momento para vivirlo con responsabilidad y con esperanza