Con la hoja de ruta del hidrógeno trazada por el Gobierno Nacional, que establece los lineamientos para aprovechar la oportunidad y convertir a Colombia en protagonista de la transición energética en la región, aparecen actores interesados en hacer parte de ese hito que contribuirá a promover la consecución de los objetivos de la estrategia de descarbonización. De acuerdo con el socio-fundador de Mendoza, Mateo Mendoza, “tanto el hidrógeno azul como el verde han adquirido una relevancia importante a nivel global y nacional, debido a su sostenibilidad y reducción de emisión de gases con efecto invernadero. Eso ha generado intenciones de inversión considerables por parte de diversas entidades que, sumadas a incentivos del Gobierno, ponen en evidencia un claro propósito de promover la investigación, desarrollo e instalación de plantas de hidrógeno”.
En este sentido, más de 30 países han desarrollado hojas de ruta propias como parte de su plan de reducción de emisiones contaminantes, entre ellos, se encuentran Alemania y Francia que cuentan con un programa de apoyo público al sector del hidrógeno de 9 billones de euros. Otras economías importantes como Japón o Corea del Sur tienen proyectado destinar hasta 2,4 billones de dólares para la financiación de proyectos relacionados con la producción de hidrógeno. El Estado colombiano no ha sido ajeno al interés actual frente al mercado del hidrógeno ya que éste aportaría en la descarbonización de las industrias y tiene la capacidad de energizar zonas de difícil electrificación, sin requerir el uso de combustibles fósiles. Así mismo, Colombia cuenta con los recursos naturales necesarios, posicionamiento geográfico estratégico e infraestructura compatible para llevar a cabo la implementación del hidrógeno como una Fuente No Convencional de Energía Renovable (FNCER).
Incentivos para la inversión
“El País ha adoptado diversas medidas encaminadas a generar un ambiente propicio para la inversión en el sector del hidrógeno de bajas emisiones, lo cual se estima que produzca un aumento exponencial de dichas inversiones entre el 2020 y el 2050. Estas medidas se dividen en: habilitadores jurídicos y regulatorios; instrumentos de desarrollo de mercado; apoyo al despliegue de la infraestructura; e impulso al desarrollo tecnológico e industrial”, explica Mendoza, experto en la estructuración de contratos y proyectos asociados al sector energético.
Para cumplir el propósito de atraer inversión a este mercado se han establecido diferentes mecanismos de apoyo para los inversionistas, los cuales traen consigo beneficios tributarios y financieros que hacen del hidrógeno un sector atractivo para inversiones a mediano y largo plazo.
Dentro de los principales beneficios definidos por la regulación actual, se encuentran: la reducción de requerimientos para la construcción de las plantas; la exención de pago de derechos arancelarios; la exclusión del IVA; la deducción del impuesto de renta del 50% de la inversión; la depreciación acelerada de activos; y la opción de financiamiento a través del Fondo de Energías No Convencionales y Gestión Eficiente de la Energía (FENOGE). De igual manera, el Gobierno Nacional prevé la implementación futura de nuevos incentivos, entre los cuales se han considerado préstamos especiales con bajas tasas de interés; emisión de bonos verdes para empresas nacionales; y rondas de financiamiento público exclusivo para proyectos de hidrógeno.
“La hoja de ruta del hidrógeno es el inicio de la apertura de un mercado altamente competitivo en el cual existirán varias oportunidades de inversión a mediano y largo plazo, pues aún es necesario un avance tecnológico adicional para equiparar sus costos de producción con los costos de los combustibles fósiles. Sin perjuicio de lo anterior, vemos en este sector una nueva línea de negocios pues, como se evidenció anteriormente, el país está generando la infraestructura, tanto física como regulatoria, para su fomento y desarrollo”, concluye Mateo Mendoza.