Las recientes horas han estado marcadas por vientos cruzados que han alcanzado velocidades de hasta 20 kilómetros por hora, lo que representa no solo un fenómeno natural impresionante sino también un reto para la avión civil, ya que ha afectado a vuelos y operaciones en el aeropuerto.
Desde El IDEAM, se ha proporcionado una vigilancia continua de este fenómeno, centrándose principalmente en Bogotá y Cundinamarca, donde el IDEAM (Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales) está monitoreando la situación de cerca. La información recolectada es vital para comprender la dinámica actual del clima y anticiparse a los efectos potenciales.
El origen de estos intensos vientos se encuentra en las condiciones secas que predominan en el oriente del país, especialmente en la Orinoquia que, al interactuar con la parte oriental de la Cordillera Oriental, ha modificado la dinámica de los vientos en Cundinamarca y, por supuesto, en la capital del país.
Además de los fuertes vientos, Bogotá ha experimentado lluvias y tormentas eléctricas, particularmente hacia la parte norte de la ciudad, exacerbando la situación y generando impactos considerables.