Bukele con mano dura a miles de presos como una demostración de poder sobre la delincuencia. Una Producción cinematográfica que muestra cómo en la madrugada del viernes integrantes de las pandillas que han sembrado el terror en el país centroamericano son sacados de sus celdas por oficiales penitenciarios, esposados y obligados a caminar con el cuerpo agachado, suben a los autobuses y llegan hasta la nueva prisión de máxima seguridad, donde han sido encerrados, en una demostración de poder contra las llamadas maras. “Esta será su nueva casa, donde vivirán por décadas, mezclados, sin hacerle más daño a la población”, ha afirmado el mandatario salvadoreño.
Una producción sorprendente. Hay tomas aéreas y planos cercanos a los rostros de los prisioneros en la oscuridad de la noche. Y con la llegada del alba, la toma del penal, iluminado dramáticamente por los primeros rayos del sol, mostrado como el lugar donde se concentran las esperanzas de seguridad de un país golpeado por el crimen. Bukele una demostración de poder sobre la delincuencia.
Traslado de Pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo Bukele una demostración de poder sobre la delincuencia
“Me dicen que soy valiente porque estamos enfrentando a los terroristas, al narco, a organismos internacionales, a grandes potencias mundiales, a la oligarquía local”, ha dicho Bukele. “Y tal vez soy valiente comparado con los parásitos que nos gobernaron antes, comparado con políticos de otros países que han de ser igual de parásitos”, ha afirmado el mandatario en un vídeo que lo muestra ofreciendo un discurso a las fuerzas armadas. Y ha sido a los militares y a policías a quienes el presidente les ha lanzado un guiño: “No soy valiente a la par de los soldados, de los policías, a la par de los que arriesgan su vida día con día para traer paz al pueblo salvadoreño y que se enfrentan realmente cara a cara con el terrorismo, el crimen y la maldad”.
El mandatario salvadoreño, sin embargo, se ufana de haber bajado en 10 meses los altos índices de homicidios en su país. Bukele ha celebrado un drástico descenso de los crímenes en enero y febrero. Ha bautizado a su país como “el más seguro de América”. El domingo dijo que El Salvador cumplió (“gracias a Dios”) otra semana completa sin homicidios. La estrategia es aplaudida por la mayoría de los salvadoreños y parece que la puesta en escena del traslado de prisiones ayuda a la imagen del mandatario. “Se trata de un Gobierno que hace gala de sus violaciones a los derechos humanos. Por supuesto que quienes cometen delitos graves hay que llevarlos ante la justicia, pero lo que ocurre acá es una política de seguridad pensada para la popularidad de presidente y a costa a los derechos humanos”, sentencia Pappier.
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