El Congreso de la República de Colombia aprobó en último debate el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (OPCAT). Este protocolo internacional, adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2002, tiene como objetivo prevenir los tratos crueles e inhumanos contra personas privadas de la libertad. Con la ratificación de este protocolo, Colombia se unirá a los 92 Estados partes que ya lo han adoptado.
El OPCAT complementa la Convención contra la Tortura de las Naciones Unidas, ya ratificada por Colombia, y busca garantizar la efectividad de la prohibición de la tortura mediante la prevención. Esto se logra mediante un sistema de visitas periódicas a lugares de detención por parte de entidades independientes, con el fin de identificar y prevenir casos de maltrato o tortura.
Los Estados que ratifican el OPCAT se comprometen a cooperar con el Subcomité de las Naciones Unidas para la Prevención de la Tortura y a establecer uno o varios mecanismos nacionales de prevención. Estos mecanismos tienen la autoridad para acceder a lugares de privación de libertad, presentar informes y recomendaciones a las autoridades para mejorar las condiciones y el trato en la detención.
La Convención contra la Tortura es el instrumento internacional más completo del Derecho Internacional dedicado a prohibir la tortura en todas las circunstancias. Los Estados que la ratifican se comprometen a tomar medidas eficaces para prevenir la tortura, asegurando que todos los actos de tortura sean delitos castigados adecuadamente, entre otras disposiciones para evitar la tortura y capacitar al personal encargado de aplicar la ley.