La Transversal del Sisga, considerada una arteria vital para el tránsito entre Bogotá y el Llano, se encuentra en el ojo del huracán tras la implementación de un tercer peaje, a pesar de estar incompleta y enfrentar desafíos en su estructura. Esto ha exacerbado tensiones entre la comunidad agrícola y la firma concesionaria, dado que el coste del peaje incide directamente en la economía local.
Por un lado, los campesinos afectados señalan que el peaje se erige como un obstáculo adicional al transporte de sus productos, con un precio de $16.900 que no estaba previsto en los cálculos iniciales. Por otro lado, Milena Porras, veedora del proyecto, enfatiza en la discrepancia existente entre las obras contratadas y las realizadas, destacando problemas geológicos y zonas inestables que comprometen la viabilidad de la vía.
