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Haiti, todo confuso

Hace más de dos meses, ocurrió el execrable crimen del presidente haitiano JOVENEL MOISE, cometido por mercenarios de Estados Unidos, Colombia y Haití y hasta el momento no hay claridad de lo ocurrido, ni quienes lo ordenaron, lo patrocinaron, de la participación de estados extranjeros en la operación y de la organización del plan de huida, incluido el refugio en la embajada de Taiwan. En el asalto, resultó gravemente herida la primera dama, Martine Moise, quien fue trasladada en un avión ambulancia a Miami (EE.UU.)  en donde le salvaron la vida.

No es claro el objetivo de la incursión en la residencia del primer mandatario haitiano, unos afirman que era por secuestrarlo y sacarlo del poder, otros que iban por maletas llenas de dólares y otros que el objetivo era asesinarlo y buscar el ascenso al poder de sus enemigos políticos. Los detalles siguen siendo enigmáticos para los investigadores y la prensa internacional, lo que origina día a día informes confusos de lo que realmente sucedió el día del asesinato.

El asesinato de su presidente, va unido a una serie de calamidades que han devastado a Haití, una ex colonia de esclavos nacida en 1804 como resultado de una insurrección de 13 años, contra sus soberanos franceses y las tropas de Napoleón fueron expulsadas por una revuelta de esclavos, que con orgullo y optimismo crearon la primera república negra del mundo. Pero no han corrido con suerte, Haití ha sido azotado por una serie de conflictos económicos, intervención y explotación extranjera, dictadura venal, palizas, Estado, corrupción y violencia de pandillas, así como una sucesión de desastres naturales mortales, como el terremoto de magnitud 7.0 en 2010: un evento cataclismico que arraso gran parte de Puerto Príncipe y mato a unas 200.000 personas.

En febrero, Haití tuvo otro episodio similar de presencia de mercenarios y esa vez, fue de tráfico de armas originado desde territorio estadunidense, cuando llegaron a Puerto Príncipe desde los EE.UU. en un jet el 16 de febrero en  avión chárter de ocho pasajeros con un arsenal de rifles semiautomáticos, pistolas, chalecos antibalas Kevlar y cuchillos. Mercenarios a los cuales les pagaron US$10,000 a cada uno por adelantado, con otros US$20,000 prometidos a cada hombre después de que terminaran el trabajo. A los tres días, Ken Kroeker y su equipo fueron absueltos de cargos penales y dejados en libertad permitiéndoles regresar a los Estados Unidos.

En esta nueva operación en que resulto asesinado el primer mandatario de la isla, está nuevamente involucrada una empresa de seguridad con sede en los Estados Unidos y más confusa aún es la garantía que le habían dado a los mercenarios que recibirían asilo en la embajada de Taiwan de donde serían rescatados por comandos extranjeros.

El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, negó por su parte cualquier implicación de la DEA en este crimen. Pero no se ha dado mayor información sobre la empresa de seguridad contratante de los mercenarios, ni de la financiación del operativo ni de los autores intelectuales, ni quien ayudo a varios de ellos a huir del país, seguramente hacia República Dominicana, por tierra porque no hay vuelos.

Los colombianos y otros fueron contratados por Antonio “Tony” Intriago, el jefe de la CTU y ciudadano estadounidense. Walter Veintemilla, otro estadounidense y propietario de Worldwide Capital Lending Group, supuestamente también financió los gastos de la fuerza colombiana liderada por la CTU en Haití antes del asesinato.

La CTU es una firma de seguridad estadounidense con sede en Miami que tiene “amplia experiencia en operaciones especiales militares y policiales” en varios conflictos desde Irak hasta Bolivia y Colombia, según el Washington Post. Las autoridades colombianas dijeron que Rivera, uno de los cabecillas del complot de asesinato, recibió pagos provenientes de Estados Unidos, aparentemente de la CTU o de Veintemilla’s Worldwide Capital, cofinanciadora de la CTU del proyecto de Sanon.

Once sospechosos del crimen de Moïse fueron detenidos en la embajada de Taiwán por la policía en Puerto Príncipe, donde se escondían. Desde entonces han estado a disposición de la justicia haitiana, sin derecho de defensa y han denunciado torturas para hacerlos confesar y hablar sobre temas que desconocen. Haití es uno de los 15 países del mundo que otorga reconocimiento diplomático a Taiwán, en vez de a la República Popular China.

La isla, está actualmente en una encrucijada, sin rumbo definido, tratando de encontrar una solución estable para superar el caos. Ante lo cual se propone un dialogo nacional, que una las diferentes fuerzas políticas que podrían tomar la decisión correcta, sin la interferencia internacional: La solución a un problema debe ser encontrada por los haitianos. La mayoría no quieren que sigan siendo tratados como una colonia.

Lo claro es , que detrás de este crimen hay intereses de otros países, de narcotraficantes, de contrabandistas , interese locales o políticos y personales y todo sigue en la nebulosa esperando que pase el tiempo para ocultar las evidencias y manipular el proceso.

Por: Mario Ramírez Arbeláez