El presidente Gustavo Petro tomó posesión de la magistrada Elizabeth Becerra Cornejo en la Casa de Nariño, enfatizando la necesidad de cambios urgentes para abordar la violencia y la desigualdad en Colombia. Durante el acto, propuso abrir un diálogo entre el Poder Judicial y el Gobierno para avanzar hacia un Acuerdo Nacional que contemple modificaciones legislativas y un cambio de mentalidad en las instituciones, con el fin de responder a las demandas de transformación del país.
Petro subrayó que su elección como presidente se basó en la necesidad de impulsar estos cambios, tras décadas de lucha política por un país más equitativo y menos violento. Destacó la importancia de avanzar hacia una sociedad que valore la paz y la libertad, argumentando que Colombia tiene un gran potencial por descubrir en tiempos de transformación.
El mandatario también hizo hincapié en la necesidad de revitalizar la tradición democrática del país, que, según él, ha sido oscurecida por periodos de autoritarismo. Cuestionó la aplicación del fuero presidencial, planteando si solo quienes sostienen ideologías extremas deberían gozar de dicha protección, lo que refleja su preocupación por la polarización política en Colombia.
Finalmente, Petro se refirió a la resistencia de las élites frente a las reformas laborales y sociales necesarias para el desarrollo del país, criticando la productividad y las largas jornadas laborales que caracterizan a Colombia en comparación con otros países de la OCDE. Afirmó que el camino hacia la justicia social es fundamental para el progreso nacional, defendiendo así la agenda del Gobierno del Cambio.