Según las autoridades, la peligrosa banda se dedicaba al microtráfico, donde sus ganancias superaban los $600 millones por semana.

La captura de la banda se logró gracias a las operaciones de encubierto e inteligencia, de los sabuesos de la SIJIN y el CTI, quienes recaudaron suficientes pruebas para enviar a la cárcel a los Pochos.

De acuerdo al Fiscal encargado del caso, la organización se dedicaba a dos líneas de negocios criminales, dedicados al microtráfico y una “oficina de cobros”. Según el Fiscal, el microtráfico les permitía ganar semanalmente unos $150 millones, al parecer los Pochos, tenían una Central de Almacenamiento de Narcóticos, lugar en el que coordinaban los envíos y cobros que consignaban en libros contables.

En la segunda línea de negocios, “Los Pochos” tenían una oficina de cobros, la cual operaba principalmente en Soacha Y Bogotá, además de algunas poblaciones de Cundinamarca, donde al parecer ejecutaban homicidios mediante la modalidad de ajuste de cuentas. Las autoridades les sindican de cuatro asesinatos ocurridos durante los últimos meses.

Mediante la recaudación de pruebas, se realizó un operativo que permitió la captura de 11 personas presuntamente comprometidas con homicidio agravado; concierto para delinquir; fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, partes o municiones; y tráfico, fabricación o porte de estupefacientes.

La misma incursión permitió la captura de Jairo de Jesús V. T., alias “Cachaco”; Óscar Andrés V. T., alias “Óscar”; y Carlos Manuel G. y alias “Tolima”. Todos ellos serían los cabecillas encargados de las operaciones de tráfico de drogas. El resto de detenidos “estarían a cargo del expendio de drogas, de recopilar el dinero producto del ilícito y de mantener el control de las zonas de distribución”. Ninguno de los procesados acepto cargos pero, ante la contundencia de la documentación, el Juez decidió enviarlos a centro carcelario.

FUENTE. JAIRO VELOZA