Las autoridades de salud en Colombia han encendido las alarmas tras la identificación de 87 casos del virus de oropouche (OROV), transmitido por un pequeño pero peligroso mosquito del género *Culicoides*. Este insecto, comúnmente conocido como “jejenes”, es el responsable de la propagación de esta enfermedad viral, que hasta ahora ha afectado principalmente a regiones selváticas y boscosas, como el Amazonas.
A diferencia del mosquito *Aedes aegypti*, que es conocido por transmitir el dengue, el *Culicoides* tiene unas características únicas que permiten su identificación. Estos mosquitos son diminutos, con un tamaño que oscila entre 1 y 3 milímetros, y se distinguen por sus patas cortas y alas que presentan patrones de manchas claras y oscuras. Estas particularidades fueron reveladas a través de estudios microscópicos realizados por el Instituto Nacional de Salud (INS), que ha mantenido una estricta vigilancia sobre el vector y la enfermedad.
La experta Erika Santamaría, entomóloga del INS, destaca que estos pequeños dípteros, con sus alas distintivas, pueden ser reconocidos a nivel de especie, lo que es crucial para el control y monitoreo de la enfermedad. Hasta la fecha, el INS ha procesado más de 1.200 muestras, con 87 de ellas confirmadas como positivas para oropouche, la mayoría de las cuales provienen del Amazonas, seguido de casos en Tabatinga, Brasil, y algunas regiones de Colombia como Caquetá y Meta.
Entre los casos confirmados, el 51,4% corresponde a mujeres, y 42,8% a población indígena. Afortunadamente, solo dos pacientes han requerido hospitalización, y ninguno ha presentado complicaciones graves.
Las autoridades, incluyendo la Organización Panamericana de la Salud (OPS), están especialmente preocupadas por la posibilidad de transmisión perinatal, aunque aún no ha sido comprobada. Esta preocupación surge del precedente del virus Zika, por lo que se recomienda un seguimiento exhaustivo de las mujeres embarazadas que hayan sido diagnosticadas con oropouche.
Para prevenir y controlar la propagación de este virus, se están implementando medidas similares a las utilizadas para combatir el dengue y otros arbovirus. La vigilancia continua y la educación pública son esenciales para proteger a la población y evitar que el brote se expanda más allá de las zonas endémicas.