El programa ‘Obras con Capital Social’ fortalece la movilidad y educación en más de 100 municipios, con liderazgo comunal y respaldo del IDACO.

El programa “Obras con Capital Social” se consolida como una de las estrategias más exitosas de transformación en las zonas rurales de Cundinamarca. Liderado por las Juntas de Acción Comunal (JAC) y con el respaldo del Instituto Departamental de Acción Comunal (IDACO), este programa ha logrado avances notables en movilidad vial y mejoramiento educativo, fortaleciendo el tejido social y reafirmando el papel de la comunidad como protagonista del desarrollo territorial.

Según Danny Enrique Rico Mora, jefe de la Oficina Jurídica y gerente (e) del IDACO, “el programa ha transformado la movilidad rural con la construcción de 300 placas huella, de las cuales 294 ya están finalizadas, alcanzando un avance del 98%. Estas obras no solo conectan veredas y municipios, sino que abren oportunidades productivas, sociales y educativas para sus habitantes”. Hasta la fecha, se han inaugurado 104 placas huella en 37 municipios, con rendimientos incluso superiores a los previstos inicialmente.

Otro eje esencial del programa es la mejora integral de las sedes educativas rurales, también bajo liderazgo comunal. 247 escuelas en 84 municipios ya han sido renovadas, creando ambientes dignos, seguros y adecuados para el aprendizaje de niños, niñas y jóvenes. Como parte de esta estrategia, se anuncia una segunda convocatoria que permitirá intervenir otros 300 espacios educativos en las zonas rurales de Cundinamarca.

En el marco de la gira #AndoCumpliendo, el gobernador Jorge Emilio Rey ha recorrido diversos municipios como Cajicá, Subachoque, San Bernardo, Arbeláez, Pasca y Girardot, entre otros, donde ha constatado de primera mano el impacto de estas obras y el compromiso de las comunidades organizadas. El mandatario destacó especialmente el liderazgo ejemplar de las JAC, que han logrado ejecutar proyectos de infraestructura vial, educativa y de mejoramiento de vivienda, garantizando transparencia, eficiencia y participación democrática en cada territorio.

Adicionalmente, programas como PAE Nuestro han fortalecido la articulación social, permitiendo que 30.000 estudiantes en 2025 reciban una alimentación saludable, elaborada con productos locales y el esfuerzo comunitario, conservando los sabores tradicionales y generando empleo en las regiones.

Este modelo de desarrollo con enfoque social y comunitario se ha convertido en un referente nacional, demostrando que cuando se empodera a las comunidades y se articulan esfuerzos institucionales, se logran resultados sostenible.