Conmoción internacional por el crimen de Miguel Uribe: así reaccionaron distintos gobiernos y figuras internacionales

El senador y precandidato presidencial colombiano Miguel Uribe Turbay falleció en la madrugada del lunes, luego de más de dos meses hospitalizado por las heridas sufridas durante un atentado en Bogotá.

El ataque ocurrió el pasado 7 de junio, en plena campaña para la nominación del partido Centro Democrático de cara a las elecciones presidenciales de 2026. Uribe Turbay, de 39 años, recibió varios impactos de bala mientras participaba en un mitin en la capital colombiana. Desde entonces permaneció en estado crítico hasta su deceso.

Su muerte ha generado una ola de reacciones internacionales, poniendo nuevamente sobre la mesa la preocupación por el aumento de la violencia política en la región.

En Estados Unidos, el secretario de Estado Marco Rubio expresó estar “muy entristecido al conocer la trágica muerte del senador colombiano”, reafirmando que “Los Estados Unidos acompañan en solidaridad a su familia, al pueblo colombiano, y demandan junto con ellos justicia para los responsables”.

En Brasil, el Gobierno repudió “vehemente cualquier forma de violencia política” y envió condolencias a la familia. El diputado Eduardo Bolsonaro calificó lo ocurrido como “lamentable” y lo atribuyó a un “modus operandi político de la izquierda cuando se siente amenazada de perder una elección”.

Su hermano, Carlos Bolsonaro, fue más lejos al afirmar que Uribe Turbay fue atacado por un “criminal protegido por aliados” del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, pese a que la investigación en Colombia aún no ha concluido.

En Paraguay, el presidente Santiago Peña afirmó que este crimen debe unir “con más fuerza, en todo el continente para combatir el crimen”.

El Gobierno de Ecuador manifestó su “más profundo pesar” y su condena “firme” a cualquier forma de violencia, sumándose al llamado por la unidad regional. Por su parte, Perú reiteró “su más firme condena a todo acto de violencia o intimidación política que atente contra el libre ejercicio de participación en democracia y el respeto al Estado de derecho en la región”.

En Panamá, el Gobierno llamó a preservar “el diálogo, la tolerancia y el respeto como pilares fundamentales de la vida política y democrática”, y se unió “al clamor por la paz, la unidad y la justicia” en Colombia.

Costa Rica rechazó “enérgicamente este acto de violencia que enluta no solo a la familia Uribe Turbay sino a todo el pueblo colombiano y a quienes valoramos la democracia”.

En Honduras, el canciller Javier Bu condenó “todo uso de violencia política” y expresó su deseo de que “la unidad y la paz prevalezcan en estos momentos de dolor”.

En España, el Gobierno remarcó que la violencia “es inaceptable” y no tiene cabida en las sociedades democráticas, transmitiendo su solidaridad a la familia y amigos del senador.

Desde la oposición, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, describió a Uribe Turbay como un político “valiente” y “defensor de la libertad y la esperanza de muchos colombianos”.

El líder de Vox, Santiago Abascal, fue más contundente al asegurar que “asesinaron” a Uribe “por defender a Colombia y su libertad y plantar cara al terrorista y lacayo de (Nicolás) Maduro que hoy la preside”.

En Italia, el canciller Antonio Tajani expresó que “en estas trágicas horas, Italia se une al pueblo colombiano, a los familiares y amigos de Miguel Uribe Turbay, condenando este atroz acto de violencia y expresando su más sentido pésame a toda la nación”.

En Venezuela, el presidente electo Edmundo González Urrutia denunció que “el autoritarismo y la violencia” se extienden en la región y lamentó que la “violencia política” haya terminado con la vida de alguien “que solo quería trabajar por una Colombia mejor”.

La dirigente opositora María Corina Machado manifestó su “profundo dolor” por la pérdida de un “gran amigo, valiente, generoso y comprometido”, y sostuvo que “luchar por la libertad y la paz de Colombia y Venezuela es la mejor forma de honrar su memoria”.

El líder opositor Leopoldo López afirmó que Uribe fue “víctima de quienes se vieron amenazados por su liderazgo” y que su compromiso con el país seguirá vivo.

En Chile, la candidata presidencial Evelyn Matthei declaró que “se apagó una voz valiente y un líder íntegro. Pero el terrorismo no vencerá. La democracia siempre será más fuerte”.

El también candidato Johannes Kaiser sostuvo que “asesinaron” al senador “por desafiar al narcosocialismo implantado por quien hoy preside dicho país”, y que lo hizo “por defender la ley, la libertad y la decencia, todas cosas que odia la extrema izquierda”.

Desde el ámbito multilateral, la subsecretaria general de Naciones Unidas y directora regional del PNUD para América Latina y el Caribe, Michelle Muschett, expresó: “Expresamos nuestras condolencias al pueblo colombiano y a la familia del senador Miguel Uribe Turbay y reiteramos el llamado del Secretario General a adoptar las medidas necesarias para garantizar unas elecciones nacionales pacíficas con garantías de seguridad”.

La magnitud y diversidad de las reacciones reflejan no solo la relevancia política de Miguel Uribe Turbay, sino también el temor compartido de que su asesinato marque un punto de inflexión en la escalada de violencia política que afecta a América Latina.

Por Daniel Lozano

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