Los vecinos de la Franja se indignan ante el abandono internacional, mientras describen cómo se sobrevive bajo las bombas un mes después de los ataques de Hamás que desencadenaron la respuesta israelí
Cada día es más duro que el anterior. Todo supone una batalla, hasta conseguir las cosas más básicas”, relata desde Gaza a través de mensajes de voz Rania, una mujer de 51 años empleada de una organización de derechos humanos. Por eso no acaba de comprender que, un mes y más de 10.000 muertos después como consecuencia de los ataques de Israel, cifras de fuentes sanitarias de Gaza, donde gobierna Hamás, la comunidad internacional no sea capaz de detener la ofensiva israelí. “Digo ante todo el mundo, ante todo el universo, que esto es una vergüenza. ¡Nos habéis fallado! Y os habéis fallado a vosotros mismos si es que os consideráis seres humanos, porque esto no debería suceder.