El discurso de transmisión de mando en Colombia se centra en la necesidad de transformar el concepto de seguridad hacia la Seguridad Humana. Este enfoque implica dejar de medir el éxito en términos de bajas y muertes, y pasar a valorar el aumento de la vida y la reducción de riesgos. Se critica el enfoque anterior que ha llevado a un aumento de las organizaciones multicrimen y la inseguridad generalizada, proponiendo una policía más capacitada en inteligencia financiera y técnicas no militares para combatir estos fenómenos complejos.

Se plantean reformas estructurales dentro de la Policía Nacional, destacando la importancia de la igualdad de género y la eliminación de barreras sociales para la promoción dentro de la institución. Además, se propone que la educación superior sea accesible y gratuita para todos los miembros de la Policía, con el objetivo de elevar el nivel académico y profesional de la fuerza policial.

El discurso enfatiza que la seguridad pública no debe basarse únicamente en la fuerza militar, sino en la inclusión social, la educación y la promoción de derechos humanos. Se hace un llamado a la transformación profunda de la institución policial para que realmente cumpla su función constitucional de proteger los derechos y libertades de todos los ciudadanos, especialmente los más vulnerables y excluidos.